Siempre lo supe. Sentía que tras las bellas palabras, tras su mirada tierna y sus manos prestas a las caricias se alzaba un gran vacío lleno de oscuridad y necesidad.
¿Qué me hace descontar, una y otra vez, lo que siento? ¿Qué mordaza pongo a los gritos aterrados de mis sensaciones?¿Qué mandatos me impiden tomar decisiones que protejan a mi niño del horror y el vacío y me condenan a centrarme en las necesidades de ese otro niño en el que seguramente proyecto los sufrimientos del mio?
¿Que padre ogro contamina los datos que mi adulto recibe? ¿Qué descuentos hago a la realidad para sentir que puedo con todo, que soy fuerte, que yo estoy bien y que podré sobrevivir a cualquier debacle emocional?
Y como siempre, tarea vana, infierno afectivo y traición.
Hoy me comprometo con ese niño machacado por el sobrehinflado padre tirano.
Hoy prometo cuidarte, arroparte, sentirte, escucharte y protegerte para siempre. Se que mereces ser querido, apoyado, acariciado y aceptado. Perdóname por haberte exigido tanto.
Hoy prometo dejar que tus ojos brillen con su propia luz.
Hoy y siempre voy a ocuparme de ti.
Anónimo salvador