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Triángulo Dramático en la Empresa. Parte 1


El juego está descrito en : carreteros


El juego, que se da en cualquier faceta de la vida, tiene tres vértices: la víctima, el salvador y el perseguidor, que suele ser la transformación de la víctima cuando las cosas no salen como quiere. La única forma de parar el juego es negarse desde el principio a intentar asumir peticiones imposibles.

Juan Carlos, el director de una empresa, llama el jueves por la mañana a Gregorio, uno de sus principales proveedores
–Hola, Gregorio, soy Juan Carlos. Mira, te llamo porque tengo un problema. El lunes de la semana que viene necesito comenzar la producción de un pedido de 30.000 pantalones y me he quedado sin materia prima. ¿Puedes entregarme el género para el lunes?
Hasta aquí, todo parece normal: Juan Carlos le hace un pedido urgente a Gregorio. El problema es que su petición no es razonable, y así se lo expresa Gregorio:
–Juan Carlos, lo que me pides es casi imposible. Estamos hablando de muchos metros de género y ningún almacenista tiene tal cantidad de materia prima…
En este punto, Juan Carlos, viendo que Gregorio no va a solucionarle su problema, va a dar inicio al juego. Lo hará situándose en el rol de víctima:
–Gregorio, no puedes hacerme algo así… Perderé a mi cliente principal. Y no sólo eso… las ventas van mal, y si no atiendo este pedido, yo no sé lo que va a suceder… creo que seré despedido… Te lo pido por favor… se trata de algo más que un pedido, es mi puesto de trabajo… no me dejes tirado, te lo suplico. Además, llevo pasándote trabajo casi cinco años… no puedes hacerme esto.
Juan Carlos ha ejercido su papel de víctima a la perfección. ¿Por qué decimos que hace de víctima? ¡Pues porque algo de responsabilidad tendrá en haber llegado a tal situación! O se olvidó de hacer el pedido de género cuando tocaba o ha aceptado un encargo que no sabía si podía cumplir.


Triángulo Dramático en la Empresa




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