Hace tiempo que me gusta bailar, aunque no siempre he sacado el tiempo o buscado la oportunidad para darme ese gusto. Solemos quitarle tiempo de calidad a nuestro niño interno cuando lo sometemos a mucho estres.
Pero si tú eres de los que te has dado cuenta de lo que realmente disfruta tu Niñ@, de lo que es bueno para él/ella, sabrás que, cuando “él/ella disfruta sanamente, es posible que te brillen los ojos, sientas una gran energía y tu rostro se ilumine con sonrisas.
Eso es lo que me pasa a mi cuando bailo. Y me ocurre así, porque además de disfrutarlo solo porque me gusta, también me aporta muchos beneficios, físicos, psicológicos, emocionales y sociales (o quizas me gusta solo porque siento todos esos beneficios).
Los beneficios físicos son los mismos que te pueden proporcionar cualquier deporte o ejercicio. Poner en movimiento el cuerpo es hacer que todo se mueva y no se anquilose. El movimiento es vida, mover el cuerpo nos ayuda a mantener una buena salud ósea y, además, tiene un papel muy importante en la regulación del peso y el gasto energético, entre otros muchos beneficios físicos.
Pero no sólo hablamos de sentirnos mejor físicamente, sino también mentalmente. Movernos hace que mejore nuestra autoestima y que nuestra salud mental sea mucho más fuerte. ¿Por qué?
Porque el ejercicio, la música y los vínculos sociales que se establecen en los bailes sociales como la bachata, pasodoble, tango o cualquier otro baile en el que se requiera un mínimo de dos, son una importante fuente de hormonas, esas llamadas de la felicidad:
Porque ….:
Nos asegura los abrazos.
Nos proporciona risas.
Nos propone pequeñas metas estimulantes y alcanzables.
Nos permite conocer gente.
Nos ayuda a mantenernos en buena forma física.
Y todo ello mejora mucho nuestra autoestima, nuestro bienestar y nuestra conexión con los demás.
Por eso, sigamos bailando también en el 2023!!!