Interacciones disfuncionales
El Triángulo de las Víctimas
Comprenderlo es el primer paso para transformarnos
Creo que todas las interacciones disfuncionales, en relación con otros o con nosotros mismos, se llevan a cabo en el triángulo de las víctimas. Pero hasta que llegamos a ser conscientes de estas dinámicas, no podemos transformarlas. Y a menos que salgamos de ahí, no podemos avanzar en nuestro camino hacia el bienestar emocional, mental y espiritual.
Los tres roles en el triángulo de las víctimas son: Perseguidor, Salvador y Víctima.
🔴 El Perseguidor
Asume un rol de crítica o agresión, justificando sus ataques como defensa. Cree estar por encima de los demás, lo que inevitablemente lo lleva también a la posición de víctima.
🟢 El Salvador
Se percibe como cuidador indispensable, ofreciendo ayuda incluso sin que se le pida. Aunque aparenta fortaleza, en realidad está atrapado en la necesidad de sentirse vital e importante, lo cual lo conecta con la victimización.
🔵 La Víctima
Se ubica en posición de inferioridad, acumulando resentimiento que tarde o temprano explota en represalias. Aunque busca apoyo externo, este patrón refuerza su sensación de incapacidad.
🔄 Dinámica del Triángulo
Una vez dentro del triángulo, se rota constantemente entre los tres roles. Perseguidor, Salvador y Víctima se retroalimentan, atrapando a las personas en un ciclo de victimismo que puede repetirse en cuestión de minutos, todos los días.
👨👩👦 Ejemplo cotidiano
Papá llega a casa y encuentra a mamá discutiendo con el hijo. Mamá amenaza (Perseguidor), el hijo se siente impotente (Víctima), y papá interviene para defenderlo (Salvador). Rápidamente, los roles cambian y el ciclo se repite.
🌟 Salir del Triángulo
La salida comienza con la conciencia: reconocer cuándo entramos al triángulo y observar nuestro papel. Desde ahí podemos cultivar una comunicación más honesta, sana y libre de victimismo.
