Entonces, ¿cómo salir del rol de Victima?
En general, hay un dolor profundo en la persona que se identifica como Víctima. A menudo, el dolor está relacionado con verdaderos traumas, angustia real que ocurrió en la infancia o tragedias reales. A veces la persona que inconscientemente se identifica como Víctima está enferma con problemas físicos o de otro tipo. A veces, esta persona, literalmente, ha sido víctima de una forma u otra.
Pero la Víctima perpetua no se basa en las angustias, traumas o problemas, aunque la Víctima puede convencerse a sí mismo y a otros que lo son. Más bien, la identidad de la Víctima se basa en una identificación con el rol de Víctima. Esta identificación inconsciente hace que la persona identificada como tal no pueda ser otra cosa que Víctima. La vida, toda la vida la convierten en un universo definido por sus pensamientos y sus emociones desde su rol de Victima, aun cuando la Víctima no está siendo víctima real.
La Victima perpetua destruye su poder personal y menoscaba el sentido de sí mismo. Se identifican con el “daño” hecho a ellos o con las cosas malas que le han sucedido. El grito que se escucha una y otra vez de aquellos que viven con el resentimiento y el enojo de la Victima permanente es “No me gusta la persona que me he convertido.”
Para salir del rol de Victima permanente sus sistemas de creencias tienen que ser cambiados.