El Adulto Interno o Asistente interior como llamaría Norberto Levy se experimenta como una potencialidad orientada a captar la situación y tratar la realidad externa e interna de una forma objetiva (como “objetos”), como datos, como informaciones, sin prejuicios y sin deformaciones ilusorias (probatura de la realidad).
Se experimenta como la voz de la razón y en la situación se vivencia como ideas autónomas del tipo:— “Lo que conviene hacer es…”— “Lo que quiero hacer es…”
El Padre, el Adulto y el Niño se influyen mutuamente. A veces tenemos conciencia de ello (conciencia Adulta) y percibimos esa influencia como un auténtico diálogo interno entre diferentes partes de uno mismo.
El Padre, el Adulto y el Niño se influyen mutuamente. A veces tenemos conciencia de ello (conciencia Adulta) y percibimos esa influencia como un auténtico diálogo interno entre diferentes partes de uno mismo.
Otras veces el diálogo es inconsciente (sin conciencia Adulta), especialmente cuando es entre Niño y Padre, pero el resultado o el efecto de ese diálogo puede evidenciarse en forma de pensamientos, sentimientos, estados de ánimo, o conductas a veces poco conscientes o incontroladas hasta que el diálogo interno es aclarado y el Adulto puede ganar control sobre él.
En determinados momentos y situaciones, entre los estados del yo puede haber armonía, cooperación y, como consecuencia, coherencia y notable fuerza. En otras ocasiones, por el contrario, puede haber conflicto, oposición y desarmonía, en cuyo caso habrá diferentes grados de consistencia y de coherencia interna o exterior.
En determinados momentos y situaciones, entre los estados del yo puede haber armonía, cooperación y, como consecuencia, coherencia y notable fuerza. En otras ocasiones, por el contrario, puede haber conflicto, oposición y desarmonía, en cuyo caso habrá diferentes grados de consistencia y de coherencia interna o exterior.
Ejercicio de sillas
El ejercicio de sillas es una técnica que se utiliza en la terapia cognitivo-conductual para ayudar a las personas a desafiar y cambiar sus pensamientos negativos y mejorar su diálogo interno. Aquí te explicamos cómo realizar el ejercicio de sillas:
Prepara dos sillas: coloca dos sillas en una habitación, una al lado de la otra.
Siéntate en la primera silla: siéntate en la primera silla y hazte preguntas relacionadas con un pensamiento negativo que estés experimentando. Por ejemplo, si estás teniendo pensamientos negativos sobre ti mismo, pregúntate: “¿Qué pruebas tengo de que esto sea cierto?”. Si estás experimentando pensamientos negativos sobre una situación, pregúntate: “¿Qué pruebas tengo de que esta situación sea tan mala como pienso?”.
Siéntate en la segunda silla: luego, muévete a la segunda silla y responde a las preguntas que te hiciste desde una perspectiva más objetiva y realista. Utiliza hechos y pruebas concretas para respaldar tus respuestas y desafía tus pensamientos negativos.
Regresa a la primera silla: una vez que hayas respondido desde la segunda silla, regresa a la primera silla y analiza cómo te sientes después de haber desafiado tus pensamientos negativos. ¿Te sientes más positivo o más realista acerca de la situación?
Repite el ejercicio si es necesario: si todavía estás experimentando pensamientos negativos, repite el ejercicio de sillas varias veces hasta que te sientas más tranquilo y menos afectado por tus pensamientos negativos.
En resumen, el ejercicio de sillas es una técnica útil para mejorar tu diálogo interno al desafiar y cambiar tus pensamientos negativos. Practica esta técnica cuando te encuentres luchando con pensamientos negativos y obsesivos para obtener una perspectiva más realista y positiva.