Aceptación de las emociones
El barómetro del comportamiento de Joan Garriga es un concepto que el autor utiliza en sus libros y talleres sobre inteligencia emocional, terapia gestalt y constelaciones familiares. Según Garriga, el barómetro del comportamiento es una metáfora que representa la forma en que nos relacionamos con nosotros mismos, con los demás y con la vida. El barómetro tiene cuatro sectores de diferentes colores que simbolizan cuatro tipos de actitudes o comportamientos:
El sector verde representa la actitud de decir sí a la vida, de aceptar lo que nos ofrece y de agradecer lo que tenemos. Es una actitud de apertura, confianza, generosidad y amor. Cuando estamos en el sector verde, nos sentimos felices, plenos y conectados.
El sector rojo representa la actitud de decir no a la vida, de rechazar lo que nos sucede y de quejarnos de lo que nos falta. Es una actitud de resistencia, miedo, egoísmo y odio. Cuando estamos en el sector rojo, nos sentimos infelices, vacíos y aislados.
El sector gris representa la actitud de decir ni sí ni no a la vida, de ignorar lo que nos rodea y de conformarnos con lo que hay. Es una actitud de indiferencia, apatía, resignación y aburrimiento. Cuando estamos en el sector gris, nos sentimos insatisfechos, inertes y desconectados.
El sector amarillo representa la actitud de decir sí y no a la vida, de reconocer lo que nos afecta y de buscar lo que nos conviene. Es una actitud de equilibrio, flexibilidad, responsabilidad y creatividad. Cuando estamos en el sector amarillo, nos sentimos satisfechos, dinámicos y conectados.
El barómetro del comportamiento también tiene una aguja que indica el grado de intensidad con que vivimos cada actitud o comportamiento. Cuanto más cerca esté la aguja del centro, más moderada será nuestra forma de actuar. Cuanto más cerca esté la aguja de la periferia, más extrema será nuestra forma de reaccionar.
El objetivo de usar el barómetro del comportamiento es tomar conciencia de cómo nos sentimos y cómo nos comportamos en cada momento, y de cómo podemos cambiar nuestra actitud para mejorar nuestro bienestar y nuestras relaciones. Garriga propone que el sector verde es el más deseable, ya que implica una actitud positiva y amorosa hacia la vida. Sin embargo, reconoce que no siempre es posible estar en el sector verde, y que a veces es necesario pasar por los otros sectores para aprender y crecer. Lo importante es no quedarse estancado en un sector, sino ser capaz de moverse y adaptarse según las circunstancias.
Las emociones tienen un impacto significativo en nuestra vida cotidiana y ejercen una influencia profunda en nuestras decisiones. Las experimentamos físicamente en nuestro cuerpo y las expresamos a través de nuestras expresiones faciales.
Las personas que logran mantener una salud mental equilibrada, lo que a menudo se conoce como inteligencia emocional, son conscientes de los pensamientos, sentimientos y comportamientos que experimentan.
Es fundamental comprender qué son las emociones y aprender a gestionarlas para poder hacer frente al estrés, los desafíos diarios y tomar decisiones informadas. Dominar el manejo de las emociones no solo contribuye a una mejor salud general, sino que también promueve relaciones más satisfactorias con los demás.
Según el investigador William James, las emociones son el resultado de nuestras interpretaciones de los eventos que desencadenan respuestas psicológicas.
Las emociones están compuestas principalmente por tres elementos:
Origen: Surgen desde nuestro interior, no simplemente por observación. Por ejemplo, la rabia.
Respuesta corporal: Como una puntada en el estómago.
Expresión: Tal como gritar.
Una emoción es una interpretación de un evento, y lo que sentimos es nuestra respuesta a esa emoción. Las emociones influyen en nuestros pensamientos y, por ende, en nuestro comportamiento en general. También tienen un impacto en nuestro cuerpo y, por lo tanto, en nuestra salud.
Un ejemplo de cómo se desencadenan las emociones sería el siguiente:
- En presencia de un evento (por ejemplo, nuestro jefe nos grita)
- Interpretamos la situación según nuestras creencias (por ejemplo, “nunca voy a hacer nada bien”).
- Surge nuestra emoción (frustración, ansiedad, rabia, etc.) como resultado de nuestra interpretación del evento.
- Luego tomamos una acción (comportamiento) basada en nuestras creencias y emociones, lo que luego repercute en nuestro cuerpo (tensión, acidez, etc.).
- Generalmente reprimimos las emociones porque hemos sido educados con la creencia de que son negativas, por lo tanto, las negamos. Sin embargo, las emociones reprimidas permanecen en nuestro cuerpo hasta que aprendemos a liberarlas. Si no logramos liberarlas, podemos experimentar fatiga y, en muchas ocasiones, depresión. Estas emociones reprimidas pueden afectar nuestras relaciones y pueden causar enfermedades graves.
¿Qué significa esto? Significa que, por ejemplo, si no superamos la rabia o frustración causada por los gritos de nuestra madre en el pasado, es posible que nos encontremos con un jefe que nos grita en el presente. Esto automáticamente puede hacer que recordemos esa rabia o frustración no resuelta del pasado y que reaccionemos de manera similar en el presente.
Tipos de emociones
- Emociones primarias:
Las emociones primarias son aquellas que se desencadenan en respuesta a un evento. Las emociones primarias se caracterizan por sus tendencias de acción adaptativa, han sido diseñadas para cambiar la relación del organismo con el entorno. Se muestran de forma intensa y son de corta duración.
Por ejemplo: el miedo.
William James, un experto e investigador famoso en el campo de las emociones, considera que las emociones primarias son: el amor, el miedo, el duelo y la ira. Por otro lado, Robert Plutchik, otro investigador y experto en este campo, considera como emociones primarias: el miedo, la rabia, la tristeza, la sorpresa, la aceptación y la alegría.
Durante todo el día experimentamos fuertes sentimientos que acompañan emociones negativas o positivas. Puede ser el entusiasmo de un viaje, miedo a subir al avión, la tristeza de una mala noticia o la alegría de haber logrado algo.
2. Las emociones secundarias
Las emociones secundarias son una reacción defensiva ante una emoción primaria que no es aceptada, o se sienten amenazadas por ella, por tanto lo que se experimenta es la consecuencia de no poder experimentar la primaria. Sentirse asustados por nuestro propio enfado, avergonzados de nuestros miedos y enfadados de nuestra tristeza (la depresión es una interiorización de un enfado que no expreso al otro y lo dirijo contra mí mismo).
Las emociones instrumentales se experimentan y expresan debido a que se han aprendido porque producen un efecto en los demás. Son realizadas consciente o inconscientemente para conseguir una meta, y se han vuelto habituales. Enfado para dominar, tristeza para inspirar compasión.
El barómetro del comportamiento
Es una herramienta que proporciona información en cualquier proceso, tanto sobre la emoción que bloquea a nivel consciente, subconsciente y en la memoria celular, como sobre el estado mental deseado para facilitar el cambio en los tres niveles.
El proceso es el siguiente:
- La falta de aceptación nos pone en un estado antagónico.
- Si seguimos sin aceptar, entramos en enfado y perdemos disposición.
- Si permanecemos en un estado antagónico, entramos en resentimiento y perdemos interés.
- Y así continuamos descendiendo hasta el fondo del pozo, donde no elegimos porque desconocemos que hay elección.
Recuperar el poder de elección
Las personas siempre podemos elegir, siempre tenemos opción. De hecho, desde fuera de cualquier situación, si somos capaces de observarla sin involucrarnos, podemos ver que la persona puede vivirla de una u otra forma.
Pero… ¿por qué cuando estamos inmersos en la situación somos incapaces de ver esas otras alternativas? ¿Por qué, muchas veces, cuando enfrentamos situaciones difíciles, nos sentimos una y otra vez sin elección? Es como si la vida estuviera decidiendo por nosotros.
Cuando tomamos conciencia de que nuestras vidas son importantes, recuperamos nuestra autoestima y con ella nuestro poder de elección, y así alcanzamos los estados mentales deseados.
Estructura función
Los rasgos faciales reflejan nuestra naturaleza y cómo nos relacionamos a partir de ella. Cada área se desarrolla con una cantidad específica de células según su función y nuestras inclinaciones psicológicas.
Por ejemplo, tomemos la frente: si está proyectada hacia adelante o hacia atrás. Una frente proyectada hacia adelante indica una persona que necesita más tiempo para tomar decisiones; su proceso de pensamiento es más detallado, requiere observar todos los detalles, recopilar más información y tener una visión general antes de actuar. Por otro lado, una persona con la frente proyectada hacia atrás tiende a tomar decisiones rápidas y acciones inmediatas, es impulsiva y le incomoda ocuparse de pequeños detalles.
Es importante entender que somos únicos en nuestras estructuras genéticas y en nuestras experiencias de vida. Nadie más tiene nuestros mismos rasgos faciales, huellas dactilares o forma de nariz. Por lo tanto, cada individuo reacciona de manera diferente y tiene respuestas únicas ante la vida.
Mediante correcciones simples y mensajes dirigidos a la mente, podemos lograr equilibrio y cambios frente a diversas situaciones, como dolores, dislexia, enfrentamiento de exámenes, toma de decisiones importantes, problemas de relación, roles sexuales, entre otros.
Estos equilibrios pueden mantenerse hasta que la persona se enfrente a una nueva situación de estrés que supere su capacidad de asimilación. Sin embargo, con la experiencia previa, la persona posee herramientas para generar un cambio positivo en la situación.
Herramienta para el cambio
Clave para comprender cómo la memoria del pasado puede condicionar el presente y moldear nuestro futuro.
El Barómetro del Comportamiento es una herramienta diseñada para definir con la mayor precisión posible el estado emocional en una situación específica.
Ejemplo del bloqueo en la emoción al estado de mente deseado
Proponemos un ejercicio sencillo utilizando las categorías principales del “Barómetro del Comportamiento”. Este no es un sistema de clasificación de emociones, sino de comportamientos. Consiste en dos columnas: la de la derecha está compuesta por estados que podrían considerarse desagradables (cólera, hostilidad, separación), mientras que la de la izquierda contiene estados que la mayoría desearía experimentar.
Cuando te encuentres en una situación en la que no te sientas bien, en la que percibas que las cosas no son como realmente deseas desde lo más profundo de tu ser, sigue estos pasos:
- Define claramente el tema en cuestión.
- Observa la columna de la derecha y trata de identificar con cuál de esas nueve palabras se corresponde tu estado emocional actual.
- Una vez identificada, busca qué palabra se encuentra justo al lado en la columna de la izquierda.
- Esta palabra te proporcionará la clave para comprender el tipo de energía que necesitas para ver la situación desde una perspectiva diferente y desde tu propio enfoque.
Por ejemplo, si te sientes “con cólera” en una situación, la palabra que aparece junto a ella en la columna de la izquierda, como “disposición”, te indicará qué energía necesitas cultivar para transformar esa cólera en algo positivo.
Hora del cambio
Mientras culpas a los demás, evitas mirar hacia tu propio interior. Gastar energía luchando contra lo que no deseas consume tanto esfuerzo como dedicarla a luchar por lo que realmente anhelas. ¿Hasta cuándo continuarás desperdiciando tu existencia? ¿Por qué no optar por una vida de plenitud personal en lugar de sentirte abusado, utilizado o confundido?
En el fondo, transformar el dolor en sentimientos constructivos y positivos nos allana el camino para cambiar nuestro comportamiento y, en consecuencia, recuperar la armonía, la unidad y la paz en nuestras vidas.