La motivación en el entorno laboral no depende solo de incentivos materiales, sino también de la calidad del reconocimiento emocional que se intercambia entre colegas. En Análisis Transaccional, este reconocimiento se llama “caricia”: una unidad de validación que puede ser verbal, gestual o actitudinal. Este artículo explora cómo las caricias —positivas, negativas, condicionales o incondicionales— impactan directamente en el clima laboral, la productividad y el bienestar. Reflexionar sobre cómo y cuánto acariciamos en el trabajo puede transformar profundamente nuestras relaciones profesionales.