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Comunicación neurótica: la Victima

“Las herramientas de la mente se convierten en cepas cuando el entorno que les hizo necesarias ha dejado de existir”  H. Bergson.

El papel clave en el Triángulo Dramático es el de la Víctima. Sin su historia desgarradora, no hay historia épica. Se ven como figuras heroicas obligados a soportar grandes injusticias. Ellos interpretan los personajes centrales de una aventura épica donde están el VERDADERO príncipe o princesa.

En la formación del rol de Víctima actuó el estado del yo del Niño Adaptado negativo. Este rol se actuará incluso cuando la situación no lo requiera y esto le conducirá a su propio y ajeno malestar. 

Su posición existencial es “no estoy bien, tú estás bien. Por ejemplo, los que no están capacitados para hacer un trabajo, pero sostiene que esto les es negado por razones de raza, sexo o religión. O cuando la Víctima aparenta no ser tan fuerte.
La característica básica de la Víctima es que no le gusta asumir la responsabilidad, es decir, trata de encontrar un chivo expiatorio, alguien a quien culpar por sus errores o pasividad.

¿Cómo actúa la Víctima? La Víctima tiende a inculcar culpa en el Perseguidor, ya que la Víctima ha decidido que él es la fuente de su sufrimiento, y tiene por objetivo garantizar que el Salvador entre en acción para tratar de ayudarla.

La Víctima busca en un Perseguidor con quién sentirse rechazado o degradado y un Salvador que confirme su creencia de que necesita su ayuda para pensar o actuar.

Es un rol adoptado en la edad temprana donde las alternativas parecían muy pequeñas, o “limitadas” y se pudo aprender por la observación de algún modelo familiar. 

En cualquier caso, no es el resultado de una elección libre y madura. La ventaja de este rol de Victima es obtener a través de esta condición, el máximo de atención, reconocimiento y la ayuda de otros.
 La persona que asume esta función tiende a quejarse y no pedir directamente lo que necesita y mantiene siempre una “posición de espera” y una constante reivindicación sobre los demás.
Se sorprende y se ofende cuando otros no entienden sus necesidades, cuando no entienden sus deseos no expresados. La Víctima es hipersensible e interpreta los acontecimientos como conspiraciones del destino en su contra, como la injusticia de que “todos” están en su contra. 
Desde esta posición de gran angustia psicológica se pasa fácilmente al papel de Perseguidor atacando y acusando a personas y acontecimientos para poner orden ante tanta injusticia.

La historia de Cenicienta es un ejemplo perfecto …

La superación de la adversidad siempre está en el corazón de los guiones de las películas de Disney. Sin embargo por inocente que pueda parecer, hay pensamientos peligrosos en esa película. Es fácil tener la fantasía de creerte un ser especial, que el trabajo honrado es indigno de ti, y que todos tus amigos se unirán a rescatarte.


Las fantasías tienen una manera de convertirse en pesadillas.

Muchos se ven a sí mismos con un papel de Cenicienta. Sin embargo, actúan más parecido a las crueles hermanastras.

Las historias dramáticas se deforman para adjudicar a los jugadores los roles según su Guión, ya sea como héroes o villanos. 

Una Víctima versión Rey/Reina del Drama de los acontecimientos estará siempre inclinada a retratarse a sí mismo claramente del lado del bien. Así es exactamente cómo ven su lugar en el mundo.

Héroe vs Ogro – Bien contra el Mal

Las Victimas pueden verse como una víctima indefensa. A imagen de damisela en peligro, como Rapunzel atrapada en la torre. Se verán a sí mismos como impotentes para luchar contra fuerzas poderosas.

Otro papel común de Víctima es la de Noble Mártir. Cenicienta es el ejemplo clásico. Estas personas se perciben como un noble héroe o heroína obligados a luchar en contra de grandes obstáculos y enemigos injustos.

A la gente le encanta jugar a la Víctima indefensa y  al Noble Mártir. 
Estos roles son muy adictivos. 
Permiten que una persona tenga a quien culpar, quejarse y expresar públicamente las frustraciones de una manera como lo haría un niño.

Estrategia y táctica

Una Víctima puede parecer impotente, pero pueden ejercer un gran poder para manipular a otros con su drama. El espectáculo dramático de la Víctima se pone en escena aprovechando el poder del relato. Cuanto mejor sea la historia, más la influencia tendrá sobre los otros.

La historia de la Víctima genera gran cantidad de drama, capta mucha atención, gana adeptos para la versión de uno solo de los lados de la historia y otorga el poder.

Una Víctima jugando a  héroes-villanos acumulará hostilidad y resentimiento. Cuanto más tiempo se mantenga comprometida con el papel, más hostil y cruel puede llegar a ser la Reina/Rey del Drama. Se consideran en guerra con el mal y hará uso de cualquier estratégia y táctica que pueda para vencer.

Una Víctima reunirá aliados alrededor de su historia. Una vez que ha obtenido el apoyo suficiente y su justificación, podrá cambiar a modo de Perseguidor para golpear al Ogro percibido.

En lugar de arriesgarse a un ataque frontal a gran escala o de linchamiento, con frecuencia a utilizará tácticas de francotirador más subversivos (como el chisme) para castigar a su enemigo.

Constantemente hacerse la víctima es destructivo. Nada se resuelve. Las relaciones se dañan. La energía y la atención se desvía de los esfuerzos constructivos.

Hay diferentes niveles de drama. Las Reinas/Reyes del drama tienden a girar el dial al máximo. Las Víctimas con el tiempo se convierten en expertos en culpar, quejarse y poner excusas. Son maestros del juego de la culpa.

Incluso si el mundo les sigue castigando, estas personas continuarán jugando un papel con Guión de Víctima Noble. El Héroe les ayuda a mantener la ilusión de no ser responsables de su situación.

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