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El principio de parsimonia y el autoentrenamiento con el Adulto Mindful

El principio de parsimonia y el autoentrenamiento con el Adulto Mindful

El principio de parsimonia prioriza las explicaciones más sencillas de entre todas las posibles.

“Ante las perturbaciones mentales no se no emplea el principio de parsimonia científica: la teoría más simple para explicar un conjunto dado de hechos. Se apunta al barroco ”.

– Philip K. Dick

El Análisis Transaccional convierte los problemas personales e interpersonales en conflictos muy simples, cotidianos y hasta ordinarios. A veces, la gente rechaza la simplicidad del Análisis Transaccional porque desea que sus problemas sean especiales, profundos y cualquier cosa menos ordinarios. Además de sencillo, en mi opinión, el metamodelo es muy eficaz, porque exige un compromiso y responsabilidad para el cambio. Si conoces tus juegos, tu rol favorito, tus transacciones conflictivas y qué es lo que necesitas hacer para cambiar o dejar de jugar, te conviertes en tu propio terapeuta, porque tomas consciencia de que tú eres el responsable de tus éxitos y fracasos. Como mínimo un 50% de la responsabilidad. Implica una actitud activa, frente a los que prefieren delegar la responsabilidad de su cambio a un tercero, alguien que previo pago le “garantice la sanación”, esto puede ayudar mucho en una fase inicial, pero sólo se consigue el objetivo cuando, finalmente, uno se responsabiliza de su propio cambio.

La ansiedad o la depresión tienen efectos auto-limitantes. Es necesario empezar el camino rompiendo estas limitaciones, para ello, tenemos que trabajar nuestra energía, el optimismo y el entusiasmo contra la depresión. Así como, el aliento y la convicción, por un lado, y, por otro, el valor y la aceptación de los riesgos, frente la ansiedad. Trabajar con nuestro Niño, Adulto y Padre de manera que colaboren en nuestros objetivos y nuestra estabilidad interna.

El auto-entrenamiento puede enseñarte cómo asumir la responsabilidad de tus pensamientos y cambiar esa actitud de víctima, especialmente los pensamientos producidos por tu Niño Inseguro. Si no cuestionamos nuestras inseguridades, podremos arruinar nuestra vida.

Cuando nuestro Niño se siente inseguro o vulnerable, el estado Padre del Niño automáticamente se activa para intentar tomar control de la situación. El problema es que ese Padre arcaico puede ser contraproducente y llevarnos hasta la depresión o la ansiedad.

Si el Niño entra en ansiedad lo hará a través de un gasto de energía extra (preocupación, pánico, rumia, etc.) La ansiedad moviliza todos sus recursos anticipatorios tratando de prepararse ante lo peor (es decir, controlar).

Si el Niño se adentra en la depresión lo hará mediante una retirada de energía. La depresión controla a través de la desconexión de lo que se percibe como una amenaza (aislamiento y retraimiento, fatiga, evitación, descuido, etc.)

Son estrategias aprendidas en la infancia que de forma automática se activan ante determinadas emociones negativas con el fin de conseguir un control, control que es pura ilusión.

Querer controlar algo puede ser un deseo humano y constructivo, pero tener un control permanente de todo es pura ilusión. Es una trampa que nos aporta una leve calma antes de la tormenta.

El trabajo consiste en aumentar nuestra autoconfianza y seguridad de manera que nos permita sentirnos con coraje y seguridad ante las incertidumbres y vulnerabilidades inevitables.

Tanto nuestro sentimiento de inseguridad como nuestras respuestas de “pretendido control” son aprendidas, por tanto, podemos deshacer ese aprendizaje y sustituirlo por nuevos sentimientos, pensamientos y comportamientos.

Todo lo que se necesita es un plan, un poco de paciencia y una determinación en la práctica regular.

El Niño inseguro enviará mensajes absolutos como “No puedes” o “vas a fracasar”, el Adulto Mindful puede cuestionarlo, comprender que es su Niño inseguro y preguntarle:

  • Cómo sabes que vas a fallar?
  • Qué pasaría si se falla?
  • Qué otra cosa podría pasar?

O simplemente, el Adulto Mindful puede tomar el mando al tomar consciencia de que el estado Niño se siente inseguro y trabajar con él la autoconfianza y seguridad.

El Adulto Mindful necesita tener la actitud correcta y la motivación suficiente para deshacer los aprendizajes del Niño y llevarle a re-experimentar de manera más positiva y constructiva sus respuestas emocionales.

La actitud se consigue sosteniendo un estado de ánimo equilibrado y positivo (nutritivo, compasivo, valiente, etc.), y la motivación infundiendo energía suficiente a esta actitud de empoderamiento. La motivación es lo que te permitirá mantener tus esfuerzos y llegar hasta el final.

La ansiedad y la depresión son las dos caras de la misma moneda. Una puede estar solapando a la otra, o seguir a la otra.

María cada vez que tenía que hacer una exposición pública en el trabajo sufría de ansiedad, cada vez que sabía que tenía que hacerlo, su ansiedad le producía mucho malestar y angustia. Finalmente para evitar enfrentarse a ello, se lo pedía a otra compañera o llamaba diciendo que estaba enferma u otras tretas similares. María experimentó como iba sumiéndose en un estado depresivo, cada vez se sentía con menos motivación por todo y su autoestima caía en picado.

La necesidad de controlarlo todo impedía a María encontrar la salida, que sólo podía encontrar al experimentar su vulnerabilidad apoyada por su Adulto Mindful, por lo que no pudo confrontar sus miedos irracionales y tener la oportunidad de superarlos. El resultado fue como si al Niño de María se le hubiera finalmente confirmado que ella nunca sería capaz de hacerlo.

El mundo es el mismo para todos, solo que cada uno de nosotros podemos ofrecer diferentes interpretaciones. La vida no genera ansiedad ni depresión; tú interpretación y respuesta a los eventos lo hace. Hemos aprendido a reaccionar a determinados eventos de determinada manera, pero el evento es neutro.

El cambio necesita de una constante repetición de los nuevos esquemas de pensamiento, emoción y comportamiento para convertirse en hábito y sustituir a los antiguos patrones. No importa si estás haciendo ejercicio para perder algunos kilos, trabajando para mejorar tu condición física a través del running o preparándote como un atleta para una gran carrera, el entrenamiento efectivo siempre implica seguir un programa de repetición y esfuerzo progresivo.

El entrenamiento psicológico no es diferente: requiere repetición y esfuerzo progresivo. El diálogo interno se convertirá en el núcleo tu aprendizaje.

El auto-entrenamiento te enseña dos cosas:

  1. Cómo romper los patrones destructivos que distorsionan tu pensamiento y te dejan vulnerable a la depresión y la ansiedad;
  2. Cómo reemplazar estos pensamientos con una forma de vida sana y adaptativa.
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