Esto es casi siempre un juego psicológico que suele iniciar la mujer por lo general, aunque no siempre, el marido suele ser un jugador encubierto.
El marido hace insinuaciones a su mujer que son rechazadas bajo el argumento de que “todos los hombres son egoístas – todo lo que siempre quieren es sexo y son incapaces de amarla a ella por sí misma”.
Él se retira por un tiempo y se le vuelve a rechazar en su siguiente intento. Finalmente, el marido se resigna y no hace más avances. A medida que pasa el tiempo, y no se intenta una vez mas, la mujer comienza a ser provocativa. Ella corre a su alrededor a medio vestir y “olvida” una toalla limpia al tomar una ducha para pedirle que se la acerque él.
Si ella tiene una forma grave del juego, puede llegar a ser coqueta con otros hombres en presencia de su marido. Con el tiempo el marido responde a estas provocaciones y es rechazado de nuevo y se produce un juego de “Alboroto” .
El marido redobla sus esfuerzos para resistir lo que él percibe como una trampa y no responde a sus provocaciones. Con el tiempo ella comienza a acercársele con besos. Él se resiste hasta que la naturaleza sigue su curso hasta que un día ella se queja – “Mira lo que te dije los hombres son egoístas, todo lo que quería era afecto, y lo único que interesa es el sexo!”
El marido ha seleccionado a esta persona como su compañera por una razón, que él tiene el mismo miedo al sexo que tiene ella. Esto permite culpar a ella de su falta de sexo.
Pagos posibles:
Confirmación de la posición existencial:
- “Yo soy pura, los hombres son sucios” “Yo estoy bien, tú no estás bien”
- Evitar las relaciones sexuales – Temor a la exposición y/o la penetración
- Obtiene caricias positivas internas, siguiendo órdenes expresas o implícitas los padres que “el sexo es sucio”
Funciones
Víctimas (esposa adecuada – desconsiderado marido)
Estados del Yo:
Consciente = Padre Social
subconsciente = NIÑO A a Padre
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