El Análisis Transaccional nos ofrece una visión estructurada de nuestro funcionamiento interno e interpersonal como individuos sociales. Puede ayudarnos también a comprender los efectos que las redes sociales están teniendo en nosotros como individuos y como sociedad. Veamos como, desgraciadamente, podemos ser muy fácilmente manipulables como sociedad por intereses particulares.
Los Estados del Yo: El Yo Padre, sería el estado influenciado por algunas figuras de autoridad de nuestra infancia y, según ese modelo hablamos o actuamos. El Yo Adulto, es nuestra parte más consciente y racional y, por último el Yo Niño, que respondería a todos los deseos e impulsos propios de la infancia.
Nuestros estados del yo van a ser determinantes a la hora de manejarnos en las redes sociales, nuestro estado del Yo Padre, dará pábulo a noticias que reflejen sus valores, nuestro Adulto ajustará con su racionalidad el relato para ser justificable, y nuestro Niño se moverá en función de las emociones que le genere.
Las empresas utilizarán los datos de los consumidores de redes sociales, los clics de sus estados del yo a la oferta de la red, para bombardearnos con recomendaciones automáticas, notificaciones y publicaciones sugeridas, de manera que nuestros valores, datos y emociones se vean reflejadas y confirmadas, creándonos un mundo virtual a nuestra medida, en el que el producto, servicio o ideología a vender se integrará pegajósamente. Construyéndonos una realidad virtual diferente a la de tu vecino y acercándote a gente con las mismas respuestas de sus estados del yo, aunque ni siquiera conozcas ni vaya a conocer nunca, con la que se creará una nueva familia virtual formada por “fans”, amigos o “followers”.
Las transacciones: Se denomina transacción al intercambio entre dos Estados del Yo, en respuesta a un estímulo. El estímulo en las redes es dirigido a crear seguidores o detractores. Nuestras transacciones en las redes se radicalizarán. El estado del yo Padre o del Niño son los que generan seguimiento. Mi mundo virtual intentará conectar con o contra tu mundo virtual. Comunicaciones a favor o en contra de los valores del Padre, juegos seductores o peleas entre Niños o la exaltación de la sobreprotección o de posiciones críticas de Padres a Niños, son el patrón de la mayoría de las comunicaciones virtuales. Las transacciones cruzadas, como las transferenciales (A – A)- (N – P), contratransferenciales (A – A) – (PC – N) ó (PN a N), deshumanizadas (N a P)- (A a A), respuesta exasperante (P a N) – (A – A) , queja mutua (N a P) – (N a P), las ulteriores, dobles, angulares o horcas, podrían convertirse en el estilo de comunicación imperante
Necesidad de estímulos de reconocimiento y de estructura: Tanto el hambre de estímulos como la de reconocimiento se alimentan de, lo que Berne llamó, Caricias, en inglés “strokes” que son unidades de reconocimiento. Berne propone que no sólo la estimulación positiva (caricias positivas) es necesaria, sino que también la estimulación dolorosa (caricias negativas) podría ser decisiva para el mantenimiento de la salud. Esta hipótesis es esencial para la teoría de los juegos que postula que las personas aceptan y buscan la estimulación negativa aunque prefieran la estimulación positiva, puesto que lo insoportable es no tener ningún tipo de caricia, al fin y al cabo la caricia negativa satisface el hambre de relación, de reconocimiento y de estructuración del tiempo. Lo importante es que nos sigan, no ser indiferente.
Nuestra “Hambre de Estructura” se refiere al hecho de que nuestros cerebros están construidos para crear una estructura a partir del caos. Nosotros organizamos nuestras percepciones en patrones para poderlos identificar rápidamente y poderlos manipular en nuestra imaginación o en la vida real. Las redes sociales nos estructuran el tiempo y las relaciones, nuestros grupos de interés, nuestra filosofía de vida y sobre todo, nuestra identidad como grupo.
Por tanto, las redes sociales ocupan ya una buena parte de nuestra estructuración del tiempo y de nuestras relaciones y funcionan como una fuente inagotable de obtención de caricias, imponiéndose como proveedor de confianza, respeto y el éxito en tu “grupo virtual de pertenencia”. Nos permiten alimentarnos con la aprobación ajena, eliminando de un plumazo o “clicazo” a los detractores, con el apoyo de aquellos que como nosotros miran con las mismas gafas virtuales patrocinadas.
Posición Existencial: La postura existencial se determina en la infancia a partir de las conclusiones que el niño adquiere de su valor, del valor de los demás y del mundo. Desde esta postura, podemos comprender como hemos ido construyendo nuestra identidad y como establecemos nuestras relaciones. Desde nuestra posición (YO OK/no OK – TÚ OK/no OK – ELLOS OK/no OK) nos adentramos en la redes sociales, actuando con nuestro rol básico de Perseguidor, Salvador o Víctima, iniciando o enganchándonos a nuestros juegos favoritos, para finalmente poder reafirmar nuestra posición existencial básica.
Emociones y sentimientos parásitos: Las cuatro emociones básicas son la alegría, la tristeza, la cólera, el miedo. El niño aprende a veces a reprimir estos sentimientos para reemplazarlos por otro, el sentimiento parásito que es mejor aceptado o le otorga determinados beneficios tramposos. Más tarde podrá mantener relaciones confusas, alejadas de la intimidad, de la honestidad y de la autonomía. Estos estos sentimientos parásitos, sin embargo, le prometen permanecer “atado” mediante el chantaje emocional al otro y le aportan cierta “seguridad”. La red social acepta y fomenta el sentimiento parásito sin cortapisas, el cebo virtual, a buen seguro, enganchará con su complementario, la activación emocional parasitaria es la diana a la que apuntan todos las empresas, partidos políticos y depredadores de la red.
Guion de vida: Es un plan de vida inconsciente. Desde la infancia se toman decisiones para sobrevivir y responder a las necesidades inmediatas y más adelante, inconscientemente, se continúan tomando decisiones de esta forma aunque sean nocivas. Las necesidades inmediatas, en la vida virtual, van a estar promovidas por tu segmento de consumidores que a su vez responde a un plan elaborado para la obtención de objetivos económicos o políticos.
La autonomía: La autonomía corresponde a la utilización de las capacidades de consciencia, de espontaneidad y de intimidad. Nos permite aceptar la responsabilidad de lo que estamos viviendo, toma decisiones en función de sus propios criterios, nos permite sentimientos auténticos y facilita la visión del otro y de mí mismo individuos que merecen respeto.
La información falsa o manipulada hace que las empresas ganen más dinero que con la verdad. La ausencia de juegos, de no poder ejercer nuestro rol favorito en el triángulo dramático, de la obtención de los beneficios tramposos de nuestros sentimientos parásitos, hace que la verdad nos parezca aburrida, en un mundo donde cada vez estamos más solos y más faltos de caricias auténticas y de intimidad.