Tres pasos
1. Control de la respiración. Cuando estamos molestos, enojados o asustados, como respuesta a esto, nuestra respiración se altera, por ejemplo, puede llegar a ser poco profunda, rápida y alta en el pecho. Respirando conscientemente podemos estabilizar el sistema y re-equilibrar la proporción de oxígeno en la corriente de la sangre. Esto tiene un impacto positivo en nuestro sistema en su conjunto a nivel bioquímico.
2. Relajarnos y cambiar la postura. En respuesta a las emociones negativas nuestros músculos tienen a tensarse. Relajarlos también tiene un efecto bioquímico para equilibrar el sistema.
3. Notar el foco de nuestro diálogo interno, por lo general cuando estamos estresados estamos diciéndonos cosas inútiles y negativas a nosotros mismos. Cambiar nuestro diálogo interno a preguntas y comentarios más útiles, por ejemplo, “¿qué debo hacer ahora?” O “Yo puedo manejar esto”.
La combinación de estos tres elementos ayuda a controlar las emociones muy rápidamente en el momento.
Escribiendo nuestras emociones
Escribiendo nuestra experiencia emocional en un diario nos ayuda a disociarnos la cuestión mediante la externalización de la misma. Para ello escribiremos en papel todo aquello que nos sugiera la emoción, todo tipo de pensamientos y sentimientos que nos surjan en ese estado emocional. Es importante que la carta no sea publicada ni enviada a nadie. Podemos hacerlo como diario emocional o como carta dirigida a alguien al que quisiéramos decirle cosas que podrían herirle, de ahí que el escrito nunca ser hará público.
Al término de la carta, haremos un ceremonial para quemarla. Esto provocará de forma simbólica que la emoción quede cerrada.
Cinco cosas positivas
Escribir cinco cosas positivas o cosas / personas a las que estás agradecido todos los días. El hecho de centrarnos en lo positivo en nuestra vida producirá un efecto de relax y placentero que nos sacará de la tensión emocional negativa, permitiéndonos un nuevo enfoque.